martes, 6 de octubre de 2015

Invocación

Invocación


¿Qué es una invocación?

Conforme a la RAE
Invocar.
(Del lat. invocāre).
1.       tr. Demandar ayuda mediante una súplica vehemente.
 Wikipedia


Una invocación (del verbo latino invocare, "invocar", "llamar", "demandar") es una técnica de magia o religión que puede tomar las formas, siguientes, no mutuamente excluyentes:
 Súplica, oración o hechizo.
Una forma de posesión espiritual.
Mandato o conjuro.
Auto identificación con ciertos espíritus.
 Para mí es un llamado “forzado”, una necesidad de manifestación inmediata que se solicita para efecto en el acto. Independiente de la naturaleza del ser invocado.




 En mi caso me han llamado entidades inmateriales y materiales. Las primeras generalmente me permiten tener un sueño más reparador en el sentido de que mi cuerpo puede regenerarse apropiadamente.
De las materiales, las ocasiones que me han llamado, generalmente ocasionan la interrupción de mi descanso.
No es algo que ocurra muy frecuentemente con entidades materiales. Pero recuerdo los siguientes casos:


 

VIEJA Y DISTANTE AMISTAD

Una vieja amistad, a quien ya no había hablado durante años, me llamó de pronto sin pro ponérselo (dentro de un sueño). No habíamos terminado bien cuando nos distanciamos, pero el tiempo ya había hecho un trecho considerable para que no nos inmutaran las venturas o desventuras de cada una de nosotras.

Aquella noche mi sueño era tranquilo, pero de pronto comenzó a ser un tanto angustioso. Parecido a la sensación de insomnio. En mi mente veía imágenes de esta persona. Desperté y no pude conciliar el sueño. Era una invocación inmediata de los tiempos más alegres.

Desperté… pensé “¿Por qué esta persona? Tiene mucho que no había dedicado un solo pensamiento. ¿Por qué ahora?”

Anteriormente me había pasado, que entidades inmateriales me habían llamado, por lo que la sensación no me fue del todo ajena, sabía que ella había pensado en mí. Había emociones que no me pertenecían, emociones negativas como frustración, enojo algo de impotencia.

No tenía que investigar más, la información era suficiente para saber que ella estaba pasando por una mala temporada.

Sin embargo para satisfacer mi curiosidad, decidí investigarla sin que supiera que la buscaba. La encontré en una situación triste, sin empleo, añorando épocas más felices, cansada de las cosas y preocupada por una situación personal que se había dado en su familia cercana.

Cerré el capítulo. Una persona viva, en realidad no espera mucho de mí, solo un llamado de recuerdos felices.



AMISTAD PETIT
La segunda ocasión, fue con una amistad, que no es cercana, en el sentido de que influya de manera directa dentro de mi vida diaria, en el mundo de los despiertos (tampoco influye directamente dentro del mundo de los dormidos).
Se trata de una amistad en la que de alguna manera había podido estar hablando de temas diferentes, a quién había podido probar un poco de sensibilidad extrasensorial. Había quedado de intentar algo dentro de Oniros, pero sin prometer nada, ya que no es algo tan sencillo para mí.
Aquella noche, me retiré de los despiertos, cansada deseosa de regenerarme. Pero la regeneración no ocurrió, tampoco el abandono al mundo de los dormidos. Era nuevamente noche de insomnio. Un llamado constante e insistente, un deseo inminente e impaciente. A tal grado que no pude dormir en lo absoluto durante la noche, solo pequeñas meditaciones y regeneración física.
¿Quién me llamaba de esta manera? Ni siquiera tuve que revisar a fondo, aunque no tenía imágenes, sabía que era ella quien impaciente deseaba que ocurriera, lo que había dicho intentaría.
Al día siguiente pude comprobar con ella esta impaciencia. Esta invocación estaba impregnada de impaciencia, inocencia, deseo de creer como creen los niños.


 

AMISTAD MAIRE
Desde hace unos meses he entablado una nueva amistad. Quién en principio me pareció llamativa en su manera de dirigirse. Pero de quien navegue alejada, porque no me había abierto la puerta (invitado). Cuando la invitación se abrió, no desaproveche la oportunidad de conocerle. Aunque en principio fue un poco tardado (días), por los métodos de comunicación.
Las primeras conversaciones (entre la segunda y la cuarta) de esta amistad, fue donde se dio nuevamente el fenómeno.
Nuevamente alguien me llamaba, aunque a diferencia de los dos primeros casos no fue una invocación directa. Era más una necesidad de satisfacer curiosidad, de saber más, de aclarar muchas  dudas contenidas.
Era una sensación parecida a la impaciencia del segundo caso, pero una impaciencia más madura… más que impaciencia creo que era la sensación que uno tiene cuando se abren los horizontes, una gran expectativa para recibir nuevas experiencias.
 En los tres casos no pude dormir profundamente, en los dos primeros era personal, en el tercero, aun cuando tenía que ver conmigo, era más dentro de las reflexiones de la persona. (Tiempo después fue a buscarme pero de aquella visita no me percaté en lo absoluto).
Así ha sido con las personas vivas que me son cercanas. Pero con las personas inmateriales o ajenas, no ocurre de esta manera. Aunque puedo terminar cansada, mi cuerpo descansa, me abandono a una noche de sueño ininterrumpido y tienen matices y connotaciones que son totalmente diferentes de las personas conocidas
Quizá porque una persona viva no suprime su propio potencial para cederlo a otra entidad viva similar.
Pero esta noche ocurrió algo diferente que me dejó pensando.




 

HECHOS DE LOS DESPIERTOS
Desde hace cuatro meses, ha ocurrido la jubilación de una persona conocida. Este era un hecho feliz para la persona, pero dentro de la política y entenebra que se maneja dentro, la situación no ha sido sencilla para la persona.
En un principio era una situación feliz, que se ha tornado hasta la fecha en algo bastante tortuoso para ella.
Cabe mencionar que procuro no ocuparme mucho de los asuntos de los demás.
Pero de alguna manera me he visto involucrada, cuando menos como mensajero.
Desde entonces he recibido una serie de llamadas, de la cuál entiendo su situación, no sé porque pero las cosas aunque deberían de fluir de manera mucho más sencilla se han tornado en una situación política.
Estás últimas semanas he recibido llamadas, breves, porque estoy saturada de actividades.
No es tema que me haya dejado pensando fuera del recinto laboral. (Al menos hasta anoche)
 




MUNDO DE LOS DORMIDOS
Estaba teniendo un sueño tranquilo, un sueño común y corriente. Al igual que en ocasiones donde el sueño se torna especial me voy percatando de cosas que no corresponden a un sueño del subconsciente, que no corresponden a las regresiones y aprendizaje que se dan en los sueños del día al día.

Me encuentro soñando que estoy chachareando, sin prestar mucha atención, viendo bolsos y objetos. Pero entre caminar por los diferentes puestos, me voy dando cuenta que ya no me encuentro en un interior, si no en un exterior. En una calle, siempre que me percato de un exterior busco el Sol y el cielo, como casi siempre no lo encontré, solo una inmensa monotonía gris.

El lugar me parece extraño, en el sentido de no haber estado en él anteriormente. Pero tenía mucha coherencia, semáforos, gente, vehículos de varios colores y modelos, incluso alguno que otro bastante viejo, casas juntas, casi sin árboles.
Siento como si alguien me estuviera buscando, debo encontrarlo dentro de esa zona. Pero no sé a dónde ir.

Pregunto a un transeúnte:
¿Dónde está la persona que me busca?

No contestan, pero mentalmente llega a mí, la imagen de una casa de fachada blanca, con algunos ladrillos color tierra. Es una casa que no tiene cochera.
Buscó la casa, lo cual no toma mucho tiempo, porque me están llamando y deseo ir.
Ingreso sin problema, sin abrir las puertas. Siguiendo el llamado hasta encontrarme con la persona del mundo despierto.

Ella había estado hablando con alguien. Se había dispuesto a despedir el día se retiraba a dormir. Estaba rezando. Yo quise buscar un altar, porque me gustan mucho. Pero no lo encontré, al menos no donde ella estaba.

Rezaba primero de manera general, luego rezaba a Dios. De pronto mi imagen en el sueño se distorsionó, era yo del despierto, pero envuelta en una túnica y de mi espalda unas alas color gris.

Me estaba rezando a mí, no como persona si no me estaba rezando como se les rezan a los ángeles o a los santos…

No escuchaba sus palabras, pero si sentía sus pensamientos.

Era como si le pidiera a Dios que me otorgara el poder y la fortaleza, para ayudarle a resolver su problema. A mí me pedía disculpa apenada, como diciendo “Sé que te doy mucha lata, pero ayúdame, yo sé que puedes interceder por mí” y me hacía ofrecimiento como a los santos. De hecho ese primer rezo era ya una ofrenda a mi persona.
Me ofrecía un lugar en sus rezos no como una persona cotidiana, si no como una “divinidad” menor que pudiera ayudarle con un milagro que la reconfortara.

Quise preguntar pero no hizo falta, o quizá pregunte al mismo tiempo que respondía. Ella decía que a mí no me veía como a las demás personas, que percibía algo en mí, como cuando se percibe a un ángel en la tierra, pero sin darme todas las potestades, todavía quedaba ligeramente humanizada en su pensamiento.

Eso me dejo pensando.

No tengo dudas, de que en el mundo de los despiertos ha rezado, no me queda duda que me incluyó en sus oraciones y que me solicitó como potestad. Bien podría preguntarle directamente, pero no hace falta, sé que lo hizo, tengo absoluta certeza.
Me sorprendía la manera en que me invocaba, no me quitaba el sueño, no me sacaba de Oniros. No desgastaba mi cuerpo.

¿Por qué?

Se me ocurrió pensar; porque no me estaba llamando como me han llamado en ocasiones anteriores. Ella me llamaba con la fe de los que profesan la religión, me daba facultades y poderes angelicales, encomendaba su espíritu y su suerte a mi persona. Se ponía bajo mis “alas”.



Creo que esa es la diferencia, pero no podría estar segura, es la primera vez que me pasa.
Cómo ella hacía un llamado suave, con devoción religiosa, no me sacaba de Oniros.
Mi cuerpo y todo lo del mundo de los despiertos se encontraba aún a horas de distancia. Por lo que quise saber más de lo que ha estado viviendo esta persona en lo que al principio he definido como tortuoso.

Y con tortuoso me refiero a que es una cuestión que se zanja con facilidad, pero le han estado dando muchas vueltas.

Sin embargo desconocía su tortura, su tormento.

Como ya no podía regresar a un sueño normal, pero tampoco tenía la voluntad suficiente para despertar, habiendo ella abierto la puerta quise mirar mejor.

Así que me quedé contemplándola en sus rezos, para perderme en sus pensamientos y viajar en ellos.

Lo primero que vi, fue nuevamente la casa, se habían hecho algunas mejoras, pero todavía quedaban algunos retoques que hacer. Esto provocaba en ella pensamientos alegres.
Había dentro de la casa, algo que no corresponde al mundo de los despiertos. Había en el centro del lugar de reunión, plantado, un nopal de dos metros de alto.
Veía ir y venir su fantasma una y otra vez, tomando uno a uno los nopales, hasta dejar una raíz hueca y podrida que no se podía arrancar.

¿Qué significa esto? – pregunté.

Y las voces de todos los que observan, pero no son, respondieron:

-          Ese es el camino que ella ha recorrido. Ha estado lleno de carencias. Pero lo recorría feliz, tenía esperanza, tiene esperanza, de encontrar algo bueno. Pero la situación actual la ha hecho sentirse desesperanzada, solo se aferra porque ha luchado mucho por esto. Por qué no se quiere ir sin dar la última batalla, pero es una guerra que prácticamente cree perdida.




Si supiera que ya todo ha pasado… pensé.
Después la vi ir y venir en su casa, cambiando todo de un lugar a otro.
Nuevamente pregunté - ¿Y esto qué significa?

Los que observan respondieron:

-          Esto es todos y cada uno de los días, los recuerdos, las felicidades y tristezas que ella ha vivido dentro del lugar trabajado. Con lo cual se entiende que no ha habido un solo día, UNO SOLO, en el que sus pensamientos no la hayan traído de regreso al lugar de trabajo. Ella está herida y recorre el camino una y otra vez.

Seguí observando, pero ahora no tuve necesidad de preguntar nada, porque era todo muy claro. Comencé a ver adornos de las fiestas patrias que pasaron hace un mes aproximadamente. Lo que quería decir que se reunieron en su casa a celebrar gran número de familiares.

Vi después una mesa abundante siempre de comida, el ambiente era cálido y familiar. Lo que significa que en el mundo de los despiertos, ella es el punto de reunión de familiares, dónde se come siempre con la calidez del hogar. Donde la comida sabe a familia y alegría.
Eso me conmovió mucho, porque entonces comencé a ver tierra, lugares desérticos y casas pobres. Eran sus familiares de campo, los que suele frecuentar y quienes también la esperan con la misma alegría cuando va con ellos.

Comencé a ver entonces mucha agua, agua obscura. Mire el cielo, ya no era el cielo gris neutral de siempre. Era un cielo lleno de nubes de tormenta, comenzó a llover.
Sentía la lluvia y era un poco fría. De mi pensamiento escapo “¿Por qué llueve?”

Pero en esta ocasión respondió una persona de los despiertos, la voz de una niña de entre 12 -14 años de edad.

Son sus lágrimas- respondió.

Miré a la infante. Era evidente que se trataba de familiares, pensé que quizá una nieta, por la edad de la persona.

-          ¿Quién eres? – dije

-          Una sobrina- lo cuál puse en duda, por que eso no hace lógica con lo que se esperaría del otro lado.

-          ¿Ha estado llorando por la situación de su salida?

-          Sí, llora frecuentemente por ello. Hemos tratado de animarla, y ella se muestra tranquila y en paz con nosotros. Pero yo sé, yo siento que en el fondo ella ha estado muy triste y deprimida por esta situación. Estoy segura de que ha llorado algunos días por ello.
-          ¿Podrías decirle que todo esta bien? Llevará algo de tiempo pero ya se resolvió en su favor.

-          Me gustaría decírselo, pero es algo que voy a olvidar cuando despierte. Lo mejor que he podido hacer es tratar de ayudarle un poco en cosas que por tener la cabeza pensando en ello se le olvidan.

Comencé a alejarme, ya no deseaba saber más. Miré por última vez a la persona, ya estaba tranquila, sus pensamientos estaban en otro lugar, y había aplazado después del rezo su angustia hacía otra fecha.

Me relaje, abandone todos los pensamientos hasta que quede en silencio, lista para despertar.



viernes, 28 de agosto de 2015

EL LABERINTO

Divagaba por los bosques, la brisa era fresca y fría. Pero apenas podía percibirlo, pues mi percepción del clima se basaba en recuerdos de experiencias físicas.

El bosque era brumoso, había mucha neblina entre los árboles. Recorrer aquellos espacios me hacía sentir tranquila y curiosa. Tenía días que no viajaba de esta manera.

Días anteriores, mejor dicho noches anteriores, me había quedado dentro de mí misma, tratando de regenerarme de los cansancios del mundo de los despiertos.


Estando en el bosque, sabía que aquella neblina no podría ser muy buena para mi reflejo del otro lado. Así que busqué un lugar mejor resguardado donde estar.
Fue así que encontré una casa de piedra en medio de esta mar de árboles.



La casa tenía varios balcones y terrazas, en los que se veían varias macetas con plantas medicinales y demás hierbas que tienen fama de embrujos.

Ingresé en los interiores de la vivienda, era toda de piedra, y aunque en el exterior parecía abandonada, en su interior, si bien modesta, se veía limpia como si estuviera habitada.

¿Quiénes habitaban allí? No lo sabía, parecía no haber nadie.

Estuve recorriendo los pasillos y habitaciones de ese lugar, cuyo interior era inmenso. Descendí hasta un sótano, pero antes de ingresar una voz dijo:

- Este lugar no es lo que parece, pero mantiene dentro de lo posible esta forma, sin embargo cuando desciendas te encontrarás dentro de un laberinto. Cuya característica más curiosa es que puede reflejar sin esfuerzo lo que quieras ver en él, siempre y cuando sea un laberinto.- 



Quise probar, porque esfuerzos conscientes consumen energía, pero poder distorsionar a voluntad sin esfuerzo, puede ser divertido.

Miré un momento la obscuridad del sótano, e imaginé aquellos laberintos de juego láser que alguna vez he tenido oportunidad de probar.



La habitación se comenzó a iluminar primero con luces neón, luego aparecieron las paredes y comenzaron a aparecer personas disfrazadas como si vinieran de un mundo futurista cybernético. Había mesas donde había cosas y chunches que no entendía pero iban bien con el lugar.


Fue muy agradable y sorprenderte observar como el laberinto se podía transformar conforme al pensamiento de quien lo contemplaba.

Sin embargo no deseaba invertir más tiempo en ese lugar. Deseaba contemplar las diversas plantas que había visto descansando en las terrazas, cuando aviste el lugar por primera vez.

Llegué a las terrazas y había luz cálida en el lugar. Como siempre una luz que proviene de ningún lado. Porque al notar este detalle, busqué lo que sería el Sol en los despiertos.

Pero no había Sol, solo una inmensidad gris, obscurecida por los árboles que todo lo cubre. La luz nacía en un punto que se desvanecía hacia la inmensidad, pero su rayo cálido se formaba perfectamente. Como si fuera una luz artificial, pero sin bombillo ni procedencia.

Estuve con cada una de las plantas, revisándolas a ver si podía identificar alguna, como la manzanilla, el romero, azafrán, etc.  Pero no reconocí ninguna.


Sin embargo las plantas me parecían peculiares, era como si encerrado dentro de ellas hubiera algo, algo que no era una planta.

La mirada de un niño me distrajo. No me había percatado de cómo había llegado, ni que hacía allí. Tendría once años iba descalzo y vestía unas ropas viejas y raídas.



Me acerqué a él y con el pensamiento pregunté “¿Hablas?”

Por respuesta solo recibí una frecuencia distorsionada de su pensamiento, como si no fuera capaz de pensar por sí mismo, como si no pudiera emitir ningún pensamiento inteligente, sin embargo era como si se esforzara por lograrlo.

Regresé a la contemplación de las plantas que me intrigaban mucho. Traté de conectarme con su corriente de energía. En efecto no eran plantas. Pero… ¿Qué eran?.

No podía leer en ellas, porque había algo que lo impedía, algo que funcionaba como una ley a la cuál ellas no se resistían.

Poco a poco, fui descubriendo que lo que estaba encerrado en esas plantas eran las almas de niños. 

(Esto no lo pensé en su momento, pero ahora que me detengo a reflexionar un poco, y gracias a haberlo escrito en este espacio, los árboles de la experiencia anterior encerraban secretos, estos encierran niños… algo debe de significar esto)


Traté de enlazarme con los niños, pero no había caso, no estaban ni dormidos ni despiertos, estaban suspendidos. No había pensamientos ni flujos de energía, estaban atrapados y parecían haber olvidado lo que era ser en un estado diferente. Eran prisioneros eternos, voluntarios, al menos por ahora.

No sabía si quería liberarlos o no. Estaba haciendo esta pregunta, ya que no había ningún deseo legítimo de mi parte por tomar acción o inacción.

De pronto un pensamiento colectivo, que emanaba de las plantas susurro “Las ratas”

El barrer de una escoba me trajo de vuelta de mis pensamientos. Al asomarme por la terraza, contemplé a una niña de igual 11 -12 años, que se encontraba realizando la actividad.


Ella era la responsable de que el lugar estuviera limpio y ordenado.
Me trate de conectar con ella -¿Quién eres?- 

Ella giro su cabeza y me miro con furia. No emitió ninguna respuesta.  A diferencia del otro niño, ella podía emitir vibraciones inteligentes, pero sus pensamientos, por ley desconocida, no se podían transmitir en pensamientos coherentes.

Sin embargo envío una ráfaga de energía que podía ser entendida aún sin coherencia. Ella estaba enojada, estaba furiosa, era una esclava forzada, llena de ira. Había cierta alegría amarga de que me encontrara en ese lugar.

Esa ráfaga me hizo retroceder y tambalear, era demasiado potente, demasiado enojo del verse preso. Cuando caí al piso me percaté de mi forma. Era yo también un infante al igual que ellos, al igual que las plantas. Era una presa.

Volví a mirar por la terraza hacía donde estaba la niña. Ella me sonrió con malicia, y por primera vez sus pensamientos tuvieron coherencia.

“Sí ella está aquí, y haré todo lo que esté en mi poder para atraparte, porque así se me ha comandado”

Solo sentí como se proyectó con fuerza violenta hacia mí. Como una bestia que arremete contra la jaula que la contiene.

Todo se hizo obscuridad por un instante, cuando todo regresó, estaba nuevamente en el sótano.

Pero ahora había rodeado una inmensa sombra que se movía lenta y se arremolinaba como humo de cigarro.



Esa sombra pertenecía a una entidad, un ser que era libre y podía emitir pensamientos coherentes, estaba además deleitada.

-Pajarillo. ¿Qué buena fortuna te ha traído a deambular en mis territorios?

No contesté, pero sabía que aquella entidad podía leer en mis emociones y estados. Por lo que seguramente se dio cuenta de mi preocupación de verme atrapada en su guarida.

- Solo hay una manera de que salgas de aquí sin daño.
Dentro de mi laberinto hay 3 objetos que me son de suma importancia, si los destruyes antes de que el tiempo que te concedo acabe, podrás retirarte. Pero si el tiempo se agota, si no destruyes los objetos o si te atrapo. Me pertenecerás y serás uno más de mis trofeos.-

Iba a replicar, iba a ser pensamiento, pero no había ni replicas ni preguntas. Era ella la inmensidad del lugar, la ley que idiotizaba al inteligente, cerraba la boca del que tuviera extraordinaria voluntad y hacía dormir a los que habían deseado ser libres.

Me apresuré a buscar dentro del laberinto, los objetos de importancia. Aquella sombra espesa se quedó en el mismo lugar. Riendo y disfrutando, me concedía cierta ventaja para que su juego le fuera más entretenido.

Estando en el laberinto, todo cobró la forma y coherencia de la casa que había contemplado en la superficie. Había inmensidad de habitaciones y pasillos y todos ellos estaban repletos de diversos objetos. Muñequitas de madera, floreros, sillas rotas, platos gigantes etc.

Pero nada parecía importante. De pronto recordé “Las ratas” que habían mencionado los niños atrapados en plantas. Todo en el laberinto reflejaba objetos inanimados, lo que estaba buscando era destruir algo “vivo” y eso serían las ratas.

La sombra había ya ingresado en el laberinto para buscarme. Mientras desesperada trataba de ver a las ratas mencionadas. De pronto de entre una pila de trastes aparece una rata grande y gorda.


Inmediatamente de un pensamiento la hago explotar en una masa roja.

Voy entre los pasillos, rápidamente buscando más. Hago explotar a otra, termino con una más y así voy. Mi pensamiento consciente cuenta 1, 2…3, 4… ¿Una quinta rata?

¡¿Es una rata lo que verdaderamente estoy buscando?! ¡¿No sé habría ya acabado el juego al aniquilar a la tercera?!
Piensa, piensa. ¿Qué tiempo me queda? 

Aparece entonces frente a mí un holograma de un reloj digital en el que los segundos van avanzando. Resonaron en mi mente el pensamiento de la primera visita

“…Cuya característica más curiosa es que puede reflejar sin esfuerzo lo que quieras ver en él”.

Yo esperaba ver la casa materializada de esta entidad dentro del laberinto y el laberinto me mostro objetos y cosas que yo esperaría encontrar en el lugar.
Había pensado en las ratas de las que hablaron las plantas, y las ratas se materializaron en un sin número de individuos porque mi pensamiento las seguía generando.
Había deseado saber qué tiempo me quedaba, y afectada dentro del mundo de los despiertos, vi un reloj como el que hubiera esperado ver estando allá.

¿Cómo voy a saber lo que es importante para ella, cuando no he ingresado en su pensamiento? Dentro de esta cacería se unió la niña que había visto barrer, transformada en una entidad que no tuve mucho tiempo de razonar, pero que entorpecía y cerraba mi paso, para mayor deleite de su dueña.

Desesperada se me ocurrió una última idea. Si no podía ver el objeto de importancia, lo más sencillo de hacer era destruir todo lo que viera y encontrara a mi paso, de esta manera no habría fallo. Me expandí, comencé, como un huracán, a destruir todo a mi paso. ¿Y mi perseguidor? Se carcajeaba y se exaltaba con mayor júbilo de mi desesperación.

Volví a ver una vez más la imagen de la niña que se interpuso y todo se volvió negro.

Quedé en silencio unos momentos. Pero cuando comencé a recuperarme, aunque sentía mi torrente de energía intacto, ya no podía disponer de ninguna libertad, simplemente me había quedado quieta y muda ante mi captor.

Unas manos, que me parecieron de mujer, acariciaron mi frente haciendo a un lado lo que se sintió como un mechón de cabellos rizados.

Quise levantarme abruptamente para escapar, pero ya no era dueña de mí. Solo abrí mis ojos. Pero en lugar de unas manos de mujer lo que había era esa niebla obscura sosteniéndome.

- Ahora te encerraré, pero no lo haré igual que con las plantas que has visto. Tengo un recipiente más lindo para ti. –

No describiré mucho sobre lo ocurrido. Pero aquella sombra se manifestó en una forma que me era más familiar. Tomo la forma de una mujer blanca pelirroja, de cabellos largos y rizados, iba vestida con velos negros.


Comenzó a encerrarme (ahora era yo energía) dentro de una muñeca de porcelana que semejaba a un niño pequeño.



Antes de sellarme dentro del objeto, quiso charlar un poco conmigo. Pero estaba tan embriagada en su triunfo, que no podía siquiera ordenar sus pensamientos. Sin embargo me dio a entender que antes de apagar parte de mi esencia, deseaba hacer algo.

Me dejo sobre un mueble, se retiró a hacer no sé qué cosa. Pero yo comenzaba a desesperarme, de no poder salir y de verme esclavizada como la niña, o apagada con el niño. Me desesperaba y trataba de salir pero no había nada que pudiera hacer.

Quería llorar, sacar mi desesperación, no deseaba esperar a su regreso, porque había sentido en sus palabras algo siniestro que me preocupaba.

Regresó, me tomo en su regazo y desnudo el pecho de la muñeca. ¿Qué va a hacer, le va a poner un alfiler o un sello para tener que obedecerla forzosamente? ¿Va a hacerle algún daño?

Se quedó contemplando la muñeca, acariciando su rostro, como algo que me daba escalofríos.

Fue entonces que sentí que el pecho de la muñeca recibió un imparto, un daño. Pero el daño no venía de la mujer. Venía de más lejos.

La muñeca se quebró, todavía alcancé a ver a través de ella,  los ojos el horror y disgusto de la mujer.

Giró bruscamente dejándome caer, fue entonces que me liberé.

Me deslicé tratando de alejarme tan pronto me fue posible, entonces sentí dos fuerzas que me tomaron y me llevaron a toda prisa lejos del lugar.

Las energías que me llevaban ahora, eran aquellas del niño y la niña que había visto pero ahora se habían liberado. Ya no tenían una forma humana, eran simplemente una masa energética que se fundía conmigo ayudándome, ayudándonos a ir tan lejos como nos permitieran nuestras fuerzas.



Durante el trayecto les pregunté

- ¿Qué ha pasado?, ¿Qué es todo esto?

- Nosotros también habíamos participado en el juego de esta bruja. Un juego engañoso para atrapar almas. Solo que nosotros descubrimos antes la trampa.


- ¿Qué trampa?¿Dónde estaban los objetos de importancia para la bruja?

- Los objetos que ella dice hay que destruir son tres. Uno refiere a un Grimorio “Ni…” (no alcancé a retener el nombre. Y el otro es “….” (Era aún un nombre más complicado de retener). No puedes verlos en el laberinto, porque el laberinto te muestra lo que deseas ver. Pero nosotros solo deseábamos ver la salida del lugar, por eso pudimos ver claramente los objetos.

- ¿Cuál es el tercero?

- El tercer objeto es una trampa. Fuera de los dos grimorios la bruja no tiene apreció por nada que no sea. El reciente objeto de su captura. 

El niño contesto

- Lo que significaba que debía autodestruirme para poder salir, lo cual no es posible, porque entraría en una paradoja. 
La niña dijo

- Yo no me di cuenta de ello, hasta que observé la cacería de la bruja. Sin embargo su interés es demasiado fugaz por aquellos que atrapa dentro de plantas.

- Pero una regla del juego es destruir los objetos antes de que termine el tiempo o ella te atrape.

- Dentro de su juego al descubrir la paradoja de este, eres libre del tiempo. El tiempo no puede continuar, porque no hay tal. Para nosotros el tiempo se detuvo. Sin embargo si fuimos prisioneros de ella. La hechicera silencio nuestros pensamientos y emociones para que no pudiéramos comunicarnos.

- Tú te convertiste dentro de su juego, para nosotros, el tercer objeto a destruir (la muñeca), ella aún no te había acallado, ni te había puesto los grilletes que a nosotros. Mantuvo por más tiempo su interés en ti. Lo que nos permitió liberarnos y liberarte. Vayámonos ahora  tan lejos como nos sea posible, que cuando se calme la bruja intentará recuperarnos.

Fue así que los tres nos separamos por diversos caminos, de regreso a nuestros hogares. Ni siquiera nos preguntamos si sería prudente liberar las almas apresadas, simplemente hicimos lo que más deseaba nuestros seres. Alejarnos definitivamente de su alcance.

domingo, 16 de agosto de 2015

ÁRBOL OCULTO

La sed ha disminuido considerablemente, a penas algunos atisbos que se acallan en el lapso de unos días. ¿A qué se debe esto? Probablemente al equilibrio que comienza a encontrar su punto dentro de este lugar. Tal vez mi propio equilibrio, no lo sé. Lo único que sé es que no ha habido ninguna energía externa que apague esta sensación, se ha extinguido haciendo nada.

Solo sé que en ocasiones me alejo, regreso, siendo así que en estos días he regresado. Ha sido por ahora un regreso tranquilo y agradable.

Durante esta semana me he estado deleitando dentro de la magnificencia del lugar de los despiertos. Que hermosos cielos nos ha regalado, de cobre, de oro fundido. De fuego, neblina y polvo cósmico. Son verdaderamente paisajes mágicos. Todo el ambiente rebosa en actividad de elementales, los cuales no se pueden percibir con los sentidos materiales.
Estaba nuevamente en Oniros. Contemplando en la inmensidad, rondando muy cerca de los lugares que en el despierto han sido importantes, pero que dentro de Oniros lucen diferentes y llevan a lugares extraños.

Como es mi costumbre me encontraba mirando el cielo, tratando de buscar el origen de la luz que todo ilumina pero nace de la nada.  Cielo gris, sin nubes, sin sombras.
Recorría con la vista los lugares conocidos. Me encontraba en un punto que hace unos años en el despierto, se reunieron Tierra, Agua y Viento inquietos. Como ya no estaban allí el lugar era tan cotidiano como siempre, incluso un poco seco, un poco estéril.

Más allá podía ver un centro comercial, que igualmente en otros días en Oniros he frecuentado. Como todo me era familiar, estaba tratando de hacer un mapa mental de mis experiencias anteriores. Más allá de ese centro comercial se puede llegar hasta un gran bosque, donde hay varias casas lujosas. Recordé el día en el que había ido interesada en una de estas viviendas (aun puedo recordar sus detalles) en la que encontré varios estanques artificiales integrados a la arquitectura del lugar.
Siguiendo hacia el occidente del paisaje, el bosque se vuelve menos frondoso y lleva hasta un acogedor restaurante de madera y otros negocios que se pierden entre follaje. Más adelante los bosques se pierden para dar paso a una carretera que lleva hasta otro edificio en forma de torre, y que al menos durante mis vistas ofrece los mismos entretenimientos de los centros comerciales.
Se acercó alguien a mí, no quise mirarlo, estaba disfrutando mucho de esta contemplación, de este mapa mental para recordar en futuras ocasiones.


-          ¿Sabes que aquella plaza que se ve de frente, ya no es tal? Ha quedado abandonada.
Tire el comentario por la borda, esta noche no tenía intenciones de ir hacía allá.
Decidí regresar a casa, pero no había nadie, es decir encontré a mis amados pero ya se retiraban a resolver sus pendientes.
-          ¿Quieres venir?- me preguntó uno de ellos.
-          No, voy a ir a dibujar algunas cosas, solo vine por mis instrumentos. Los veré cuando despierte.
Tome un cuaderno de dibujo y algunas minas. Sabía que no tenía estos materiales en el despierto así que contemplé unos instantes la libreta, que era muy bonita, con pastas verde obscuro, grabados dorados y amarrada con un listón igualmente dorado.
Volví al paisaje, y nuevamente la misma persona se acercó.

-          Estas tratando de recordar los cielos de los despiertos. ¿Verdad?






Por fin me decidí a prestarle atención, era un hombre no sé si joven o viejo, aunque me daba la impresión de un adulto joven. Gordo, panzón de cabello negro y piel obscura. Llevaba una playera azul marino con un dibujo que no pude interpretar y unas mezclillas negras algo desgastadas.

-          Los cielos de los despiertos han sido muy hermosos en estos días, sus cielos han estado impregnados de magia.
-          ¿Recuerdas que te comentaba sobre que aquel edificio ya no es el mismo? –no respondí – Allí ahora se reúnen varios jóvenes a dedicarse a varias actividades. ¿No te gustaría ir? – seguí sin contestar, porque tenía ganas de estar sola.
-          Mira te voy a enseñar algo-

Saco de ninguna parte, una hoja de dibujo, en la que había descritos tres árboles dibujados a lápiz. – Les estoy enseñando a mis alumnos una técnica de dibujo bastante divertida, dime que vez aquí-
Los tres árboles eran prácticamente igual. El primer árbol era solamente una silueta blanca sobre un esfuminado gris, se veía una Luna del lado izquierdo. El segundo árbol era exactamente igual, solo que se veían unos tenues trazos en su interior y la Luna está detrás del árbol en lugar de a su izquierda. El último árbol era igual al segundo pero con las líneas más remarcadas con la Luna a la derecha.



-          Veo una Luna que se mueve sobre el mismo árbol.
-          Es más que eso, si me acompañas allá te enseño y puedes dibujar si quieres.
No teniendo mejor que hacer fui al lugar, a fin también, de comprobar que el lugar estaba abandonado. Lo cual comprobé era verdad.
Todo estaba abandonado, y había algunos niños y jóvenes en actividades de dibujo, patineta, charlando. Me senté en lo que habría sido un lugar de fast food, junto a una de esas maquinitas para ganar peluches.  La máquina estaba rota, tenía peluches e incluso dinero, pero nadie se había llevado nada.

Nuevamente se acerca diciendo – ¿No quieres intentar la técnica que les enseño?
Me lleva hasta un niño que estaba haciendo trazos.

-          Es muy sencillo, lo que no pudiste ver en los tres árboles son las criaturas escondidas que tiene. Esto es porque le pido a mis alumnos que dibujen algo que les guste, que les de miedo, cualquier cosa que tenga un significado importante para ellos, ya sea positivo o negativo pero que tenga un fuerte impacto. Cuando lo dibujan, les pido que tracen alrededor del dibujo siluetas para empezar a crear un árbol. El árbol ocultará eso que es importante y así cada uno de ellos es poseedor único de ese secreto. ¿Por qué no intentas dibujar un árbol? Es divertido.
Volví a mirar el dibujo de los tres árboles pero yo no veía nada oculto en ellos, eran demasiado transparentes.

Me acerqué hasta donde estaban los niños para ver que dibujaban y en efecto seguían las instrucciones que me había dado. Algunos dibujaron personajes de caricaturas, otros a una mascota, a su familia y así. Cuando terminaban comenzaban a desaparecerla dentro de un árbol.



Me dieron ganas de abandonarme a esa actividad, pero quería un lugar privado y alejado. Subí por las escaleras de seguridad del, ahora, abandonado edificio.
Algo que me llamó la atención es que el primer piso tenía por nombre 1900, y había un poster de algo que no entendí. El segundo piso se llamaba 1910, nuevamente tenía un afiche raro. 1920, 1930… y entonces comprendí que los afiches hacían referencia a grandes exponentes dentro de la música popular. Quise comprobarlo por lo que al subir al piso 1950 según lo que sabía debía de encontrar a Elvis Prestley, pero no fue así, este apareció hasta 1960, de los 70´s no reconocí a nadie. Ya no quise subir más. El piso 1970 tenía el ambiente más apropiado para abandonarme a mi dibujo.
Me instalé en una habitación donde había un colchón sucio con una ventana abierta que daba al exterior y en cuyo balcón había algunas plantas.
No tenía ganas de dibujar cosas ocultas, pero si tenía ganas de hacer un árbol. Quería un árbol con muchas raíces y ramas que se extendieran por muchas partes.
Comencé a perderme en este dibujo a blanco y negro. Cuando casi terminé me concentré en una raíz que se alzaba un poco más arriba del resto. Pase dos dedos acariciándola y aparecieron sobre ella, pequeñas hojas de origami como follaje.
-          Estas hojas, no van con el concepto de mi árbol, son muy coloridas y algo caricaturescas.- Las sople y barrí del dibujo, me puse a trazar follaje a lápiz, pero tenía curiosidad de saber si al pasar nuevamente mis dedos el follaje de origami se recrearía.
En efecto así fue,  se volvieron a hacer las mismas hojas. No quise avanzar más en el dibujo. Quise recorrerlo.

Hubo un punto que me llamó la atención porque las raíces formaban un claro, me pareció que era un buen lugar para un lago o un charco. Di un toque con mi dedo y el dibujo reverbero como si fuera agua, dos pececillos de origami asomaron sus narices para ver que ocasionaba las olas.

-          Esto es muy raro, los peces tampoco van con el dibujo, y además no sabía que se podía crear de esta manera. Probemos con otra cosa-

Me puse a pensar que otras criaturas vivirían en este árbol. Así que se me ocurrió poner unos pajarillos. Puse mis dedos sobre un punto arriba del charco, tocando tres veces.
Dos pajarillos de origami se formaron y comenzaron a volar.



-          Necesitamos uno más de nosotros. Crea una más por favor- me dijeron mientras revoloteaban.
-          No tengo deseos de uno más – respondí
-          Necesitamos que hagas uno más, es indiscutible que haya un tercero.
Accedí de mala gana, y de mala gana toque nuevamente tres veces. De lo que nació un pajarillo azul de origami. Como mi intención había sido diferente. El pajarillo que se origino tenía defectos en sus alas y volaba con dificultad. Me dio pena verlo así.
-          Pajarillo azul. ¿Estas triste porque te haya traído con defectos?¿Sufres por qué te traje? – luego dirigiéndome a sus hermanos - ¿Ustedes no sienten pena de ver así a su hermano?-
Los pajarillos se juntaron y con sus bailes y movimientos expresaron:
-          No podemos estar más contentos de la situación actual. Porque era necesario que hubiera tres de nosotros, independientemente de las condiciones en las que pudiéramos haber venido. Estamos plenamente agradecidos que las cosas sean como deben ser.
Después de eso deje el dibujo. Se volvió a acercar el hombre para ver que había hecho.
-          Ya me tengo que ir-
-          Déjame acompañarte-
Mientras caminábamos, para tomar un transporte, le dije:

-          No sentí ningún deseo de ocultar nada en los árboles, así que no vas a encontrar nada en ese dibujo.- él sonrió de manera tranquila, pero algo decepcionado la jugarreta no le había salido del todo bien.
-          Lo que yo pretendía era robarte lo que encerrarás en el árbol. Eso es a lo que me dedico a robar cosas ocultas. En fin que el dibujo es muy bello de todas formas.

Nos despedimos y caí en un estado de ensueño. Para despertar con preguntas más consientes sobre lo que esto significaría.